Con el Alzheimer a bordo, que le hace olvidar todo recuerdo y secuencia de vida, no es suficiente para dejar atrás el dolor que trajo la lepra en una hija sana de madre con Mal de Hansen. Las visitas a la tumba de Inocencia Vargas (su madre) le hace recobrar el sufrimiento de un pasado olvidado.

Mujer de Pereira a quien la enfermedad de la lepra le cambió la vida física y emocional cuando la transformación en otra mujer la llevó a refugiarse en el Albergue San Vicente (Agua de Dios), luego de que la discriminación social y familiar se apoderara de su condición física.

Tras ser engañado a la edad de la inocencia para ser trasladado al territorio que condenaba la vida de un enfermo, Ramón Guerrero vive hoy en día bajo la tristeza y el dolor por perder a su familia en tiempos donde el desconocimiento por la lepra le arrebató su vida para quedar en el abandono emocional.

Desde la región de Duitama, Boyacá, Esther Balaguera llegó a Agua de Dios en años desconocidos cuando circulaba la moneda coscoja, como aquel dinero que el enfermo de lepra debía manejar para evitar el contagio y estigma que había sobre ella.

Nacer como hijo sano de padres enfermos de lepra dentro del lazareto de Caño de Loro, Isla Tierra Bomba, llevó a Efraín Oyaga a vivir separado de sus padres por cuatros años, para luego de una larga travesía, reencontrarse con su familia en el antiguo lazareto de Agua de Dios.